Ya no me gusta mi profesión. Parece que es algo constante y normal ultimamente. Pero hay un horror en la mirada de quién escucha esta frase, sobretodo si son de generaciones más avanzadas. Se ha desvalorizado que te llene una profesión. Parece que no es importante. Se entiende que alguien se divorcie, que no tengas los mismos amigos, que hayas cambiado de hobbies. Pero cambiar de profesión a según que edad, suena a locura.
Lo peor es que también le suena a locura a la propia persona que lo piensa. ¿Como voy a cambiar a estas alturas? ¿y que hago?.En realidad, es lo más normal que existe, todos cambiamos y, por tanto, también nuestros gustos. Pero a veces nos cuesta aceptarlo, y lo que nos podía hacer feliz antes, ya no nos lo hace ahora.En eso consiste el ser humano, en evolucionar. De hecho, en el libro “Las 21 lecciones para el siglo XXI” de Yuval Noah Harari, el autor del libro Sapiens, afirma que la vida humana es tan acelerada que el cambio constante será lo típico y normal. Cuanto antes lo aceptemos mejor.
- Por un lado, nos hemos identificado con una profesión. Pensamos que nosotros somos eso, (soy camarera, soy juez, soy maestra…). Cuando no es cierto. Somos muchas cosas, pero nunca una profesión. Tenemos una profesión.
- Por otro lado, en esta sociedad se nos ha inculcado correr, hacer cuantas más cosas mejor, sin parar y sin pensar. Da igual hacia dónde vayas, tu corre, no te vayas a quedar el último. Y luego nos encontramos que no tenemos destino o que no nos gusta a dónde hemos llegado. La sociedad te dice que corras, que cojas cualquier cosa y ya irás viendo. Cuando en realidad una gran parte de tu vida la pasas trabajando, realmente es muy relevante elegir. Luego empiezas un trabajo, y no te gusta, pero no te quejes que al menos tienes trabajo. ¿Y si no te hace feliz? No importa, no estás para perder el tiempo. Tú sigue corriendo.En definitiva, vamos corriendo sin dirección alguna, y luego nos sorprende que no lleguemos a dónde queremos. O que no sepamos ni siquiera adónde vamos
- A todo esto, se le añaden los deberías; “a esta edad debería ser…” o “a estar edad debería tener…”. ¿Y quién te ha impuesto eso?Pues definitivamente alguien que no sabe que cada persona es diferente, cada camino es diferente y no hay uno correcto ni incorrecto. Tú no deberías estar haciendo, ser o tener nada. Porque cada uno tiene su ritmo. Apuesta por ti. Apuesta por buscar lo que te gusta. Y sino lo sabes, no pasa nada, tómate el tiempo para encontrarlo.
~ Para ~
- No te culpes. No importa si a los 40 no quieres lo mismo que a los 30, ni si a los 30 ya no te gusta lo que a los 20. Es algo lógico y normal, se llama evolución. Y nunca debemos sentirnos culpables por evolucionar. Es algo natural y precioso. Es la esencia nómada del ser humano. La capacidad para adaptarse y renovarse. Tenemos la suerte de vivir en una sociedad que podemos elegir. Elegir ser felices, elegir cambiar y evolucionar. Pero cuesta, porque eso también significa salir de tu zona de confort. Y eso, lleva un esfuerzo. ¿Cuanto esfuerzo le pones a tu felicidad?
- Comúnmente decimos, “de momento me quedo así, y ya encontraré algo”. En realidad, hay que darle espacio a las cosas para que surjan. Sino le das espacio, no aparecerán. No te puedes comprar un sofá nuevo, si tienes la casa llena de muebles. No te estoy diciendo que lo dejes todo, pero si que necesitas invertir en ti. Invierte en buscar que necesitas. Date ese tiempo para buscar que te hace feliz y que te apasiona. No importa tu edad. Los “debería” no existen.
- Valora cada paso que das para conseguirlo. Aceptarlo ya es un primer paso. Poco a poco. No te sabotees. No te culpes. A veces pensamos que lo que hacemos es una gota de agua, pero el mar no sería igual sin esa gota.
