¿Por qué compramos de forma compulsiva en navidad?
1. La Navidad y el consumismo
Las compras siempre han generado ese efecto de recompensa a corto plazo. Al efectuar la compra sentimos ese sentimiento de satisfacción, pero por un periodo muy poco duradero. Sin embargo, ese efecto de la búsqueda por la recompensa a corto plazo se ha incentivado con la tecnología. ¿Por qué?
Se ha demostrado científicamente que los likes de Facebook o Instagram activan las zonas cerebrales de la recompensa, las mismas que cuando ganamos dinero o comemos algo que nos produce placer, por ejemplo chocolate. De ahí, que intentemos generar esa respuesta la mayor de veces posibles. Eso ha creado que nos habituemos a tener recompensas a corto plazo, y que las compras compulsivas hayan aumentado en los últimos años. En la época de Navidad, ese consumismo se dispara en la compra de regalos.
2. ¿Por qué compramos sin necesitar?
El hábito de tener recompensas a corto plazo nos ha llevado a querer conseguirlas constantemente. Una forma de conseguir esas recompensas o premios, es mediante la compra. Navidad es una época en la que se incentiva constantemente la compra de regalos. Esa necesidad de compra nos produce:
Falsa seguridad
El ser humano relaciona algunas posesiones con tener seguridad, por ejemplo, un coche, una casa. Eso puede relacionarse con la estabilidad. Sin embargo, lejos de la realidad, esas posesiones solo consigan un falso sentimiento de estabilidad que es fácil que sea derrumbado una vez pasado el tiempo de procesamiento de la recompensa.
Felicidad a corto plazo
El consumo y la compra nos llevan a un sentimiento de satisfacción y Felicidad instantáneas. Pero todo lo que pronto llega, pronto se va. Ese sentimiento es a corto plazo, y no crea una felicidad duradera. Cuando ese sentimiento se evapora, sentimos tal vacío, que nos lleva a mayor necesidad de consume.
Afán de impresionar con regalos
Queremos comprar el mejor regalo de Navidad para impresionar a la persona que lo recibe o a terceras personas que verán lo que hemos Regalado. Ese afán puede intentar demostrar nuestra superioridad, riqueza, éxito, entre otras.
3. El consumismo y la presión social
En ocasiones, ese consumismo navideño no nace de nosotros mismos, sino de la presión social. Estamos siendo bombardeados continuamente por ofertas antes y durante Navidad. Eso nos recuerda la necesidad consumir.
Además, en Navidad, podemos ver como todo el mundo hace muchos esfuerzos por comprar los mejores regalos, por tenerlos a tiempo, por pensar en lo especifico para cada persona, por querer impresionar con su regalo. Por supuesto, los anuncios constantes en la televisión, en las calles, en las redes sociales…Eso crea que inevitablemente sintamos esa necesidad de comparación, y, por lo tanto, seguir la rueda del consumismo.
De hecho, el Informe Europeo de Pagos de Consumidores mostró que el 90% de los padres en España se habían visto presionados a adquirir un producto que supondría un golpe para la economía familiar.
4. Estrategias para lidiar con el consumismo
Regala experiencias
¿Quieres evitar que esa persona caiga en el consumismo? Regala experiencias, un curso de manualidades, un curso de cocina, una aventura, un curso de desarrollo personal o mindfulness. Si queremos que haya cambio, tenemos que empezar cambiando.
Planifícate un presupuesto
Planifícate cuanto dinero te quieres gastar en comprar regalos navideños. Básate acorde a tu economía, no en base a lo que quieres comprar. Tu yo futuro te lo agradecerá.
Compara opciones de regalo
La tecnología puede traernos cosas negativas, pero también cosas positivas. Con internet, puedes hacer la comparación de precios en Navidad sin salir de casa. Compara varios productos en varias tiendas, de esta forma podrás decidir en base a la calidad y al precio.
No copies a otra gente
Planifícate en base a lo que tu querías comprar, sin importar que es lo que va a comprar otra gente. Esa es su decisión, no la tuya. La presión social puede hacer que compremos regalos y forzarnos a consumir sin necesidad.
La Navidad puede ser una época maravillosa, como toda época también tiene sus sombras. ¡Ayudemos a darle más luz!
¡Felices Fiestas!
Myriam
¿Por qué compramos de forma compulsiva en navidad?
- Lo que pasa
Las compras siempre han generado ese efecto de recompensa a corto plazo. Al efectuar la compra sentimos ese sentimiento de satisfacción, pero por un periodo muy poco duradero. Sin embargo, ese efecto de la búsqueda por la recompensa a corto plazo se ha incentivado con la tecnología. ¿Por qué?
Se ha demostrado científicamente que los likes de Facebook o Instagram activan las zonas cerebrales de la recompensa, las mismas que cuando ganamos dinero o comemos algo que nos produce placer, por ejemplo chocolate. De ahí, que intentemos generar esa respuesta la mayor de veces posibles. Eso ha creado que nos habituemos a tener recompensas a corto plazo, y que las compras compulsivas hayan aumentado en los últimos años. En la época de Navidad, ese consumismo se dispara en la compra de regalos.
- ¿Por qué compramos sin necesitar?
La habituación a tener recompensas a corto plazo nos ha llevado a querer conseguirlas constantemente. Una forma de conseguirla es mediante la compra. Navidad es una época en la que se incentiva constantemente la compra de regalos. Esa necesidad de compra nos produce:
- Falsa seguridad: El ser humano relaciona algunas posesiones con tener seguridad, por ejemplo, un coche, una casa. Eso puede relacionarse con la estabilidad. Sin embargo, lejos de la realidad, esas posesiones solo consigan un falso sentimiento de estabilidad que es fácil que sea derrumbado una vez pasado el tiempo de procesamiento de la recompensa.
- Felicidad a corto plazo: El consumo y la compra nos lleva a un sentimiento de satisfacción y Felicidad instante. Pero todo lo que pronto llega, pronto se va. Ese sentimiento es a corto plazo, y no crea una felicidad duradera. Cuando ese sentimiento se evapora, sentimos tal vacío, que nos lleva a mayor necesidad de consume.
- Afán de impresionar: Queremos comprar el mejor regalo de Navidad para impresionar a la persona que lo recibe o a terceras personas que verán lo que hemos Regalado. Ese afán puede intentar demostrar nuestra superioridad, riqueza, éxito, entre otras.
- El consumismo y la presión social
En ocasiones, ese consumismo navideño no nace de nosotros mismos, sino de la presión social. Estamos siendo bombardeados continuamente por ofertas antes y durante Navidad. Eso nos recuerda la necesidad de comprar regalos, de consumir.
Además, en Navidad, podemos ver como todo el mundo hace muchos esfuerzos por comprar los mejores regalos, por tenerlos a tiempo, por pensar en lo especifico para cada persona, por querer impresionar con su regalo. Por supuesto, los anuncios constantes en la televisión, en las calles, en las redes sociales…Eso crea que inevitablemente sintamos esa necesidad de comparación, y, por lo tanto, seguir la rueda del consumismo.
De hecho, el Informe Europeo de Pagos de Consumidores mostro que el 90% de los padres en España se habían visto presionados para adquirir un producto que supondría un golpe para la economía familiar.
- Estrategias para lidiar con el consumismo
- Regala experiencias. ¿Quieres evitar que esa persona caía en el consumismo? Regala experiencias, un curso de manualidades, un curso de cocina, una aventura, un curso de desarrollo personal o mindfulness. Si queremos que haya cambio, tenemos que empezar cambiando.
- Planifícate un presupuesto. Planifícate cuanto dinero te quieres gastar en comprar regalos navideños. Básate acorde a tu economía, no en base a lo que quieres comprar. Tu yo futuro te lo agradecerá.
- Compara. La tecnología puede traernos cosas negativas, pero también cosas positivas. Con internet, puedes hacer la comparación de precios en Navidad sin salir de casa. Compara varios productos en varias tiendas, de esta forma podrás decidir en base a la calidad y al precio.
- No copies a otra gente. Planifícate en base a lo que tu querías comprar, sin importar que es lo que va a comprar otra gente. Esa es su decisión, no la tuya. La presión social puede hacer que compremos regalos y forzarnos a consumir sin necesidad.
La Navidad puede ser una época maravillosa, como toda época también tiene sus sombras. ¡Ayudemos a darle más luz!
¡Felices Fiestas!
Myriam